La
Angelica keiskei, mejor conocida como ashitaba, es una planta originaria de
Japón que durante siglos se ha utilizado para mejorar la salud y el bienestar.
Recientemente, un grupo
de investigadores encontró que un compuesto de esta planta podría mejorar la
salud celular y retrasar el envejecimiento.
El paso del tiempo es
inevitable y nuestras células de alguna manera lo saben. Por eso, para lograr
mantener su salud realizan un proceso, llamado autofagia, de limpieza y
reciclaje que elimina principalmente basura celular, como proteínas agregadas.
Es importante que esta
actividad funcione de manera adecuada, de lo contrario se generaría una
acumulación de deshecho que afectaría a las células, causando diferentes
problemas y enfermedades.
Cómo en la gran mayoría
de los procesos biológicos, existen maneras de estimular la autofagia, por ejemplo,
recurriendo al ayuno intermitente o el ejercicio. También se puede mejorar esta
auto renovación celular con ciertos compuestos.
El nuevo estudio de la
Universidad de Graz, en Austria, decidió analizar los efectos de una clase
específica de compuestos, llamados flavonoides, durante la autofagia.
El ayuno podría combatir
el envejecimiento
Estas sustancias se caracterizan
por tener efectos antioxidantes que protegerían la salud celular y al cuerpo
frente a distintas enfermedades.
Aunque el compuesto se
encuentra en muchas plantas o alimentos, como las manzanas, ciruelas, bayas,
naranjas, fresas o espinacas, los especialistas decidieron estudiar el tipo
4,4'-dimetoxicalcona (DMC), muy presente en la ashibata. Sus hallazgos fueron
publicados en Nature Communications.
Una protección universal
El profesor y autor del
estudio, Frank Madeo, estudió junto a su equipo la conexión entre la autofagia
y la actividad de los flavonoides. Para ello, analizaron 180 de estos
compuestos con el objetivo de encontrar el mejor para "contrarrestar la
muerte celular relacionada con la edad".
Tras compararlos,
decidieron trabajar con 4,4'-dimetoxicalcona (DMC), un flavonoide
característico de la ashitaba, una planta que goza de gran consideración en la
tradición japonesa.
"Siempre es bueno
encontrar un fundamento científico para los cuentos populares de la medicina
tradicional", señaló el profesor Madeo.
Los investigadores
realizaron una serie de experimentos en diferentes muestras para probar los
efectos del DMC.
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En primer lugar,
trabajaron en células de levadura, donde encontraron que el DMC las protegía
del daño relacionado con la edad. Incluso de manera más eficiente que otros
compuestos con beneficios similares.
Luego experimentaron con
moscas de la fruta y células de gusano, que dieron los mismos resultados
"Sorprendentemente, el tratamiento crónico con DMC prolongó la vida media
de ambos organismos en aproximadamente un 20%", detallaron los
investigadores.
El equipo decidió probar
el efecto del compuesto en ratones, específicamente en las células del corazón.
Los hallazgos demostraron que la sustancia una vez más impulsó la autofagia y
además pareció protegerlas contra el daño hepático causado por el etanol (alcohol
puro).
Finalmente, el profesor
Madeo y sus colegas analizaron el efecto del compuesto en diferentes tipos de
células humanas, confirmando nuevamente resultados positivos.
Sin embargo, Madeo
advirtió "Los experimentos indican que los efectos del DMC podrían ser
transferibles a los humanos, aunque tenemos que ser cautelosos y esperar a que
se realicen ensayos clínicos reales".
Los investigadores
afirman que el próximo paso a seguir será realizar un estudio más detallado en
ratones. Evaluarán si el efecto protector de DMC en las células del corazón,
también es capaz de proteger a los roedores de enfermedades relacionadas con la
edad.