Por
desconocimiento y falta de atención a esta parte de nuestro cuerpo, puede
acabar siendo mucho más que una mera cuestión estética. Cuando los pies
presentan resequedad, la piel se vuelve muy dura y áspera al tacto.
En
los casos más graves, cuando esto no se resuelve, el talón puede llegar a agrietarse
y doler e, incluso, a sangrar. Por eso, es importante encontrarle una solución
lo antes posible, ya que se corre un gran riesgo de contraer alguna infección.
Luego
de haberte dado una cuidadosa exfoliada en todo tu pie, el uso de aceites está
muy adecuado ya que tienen diversos fines. Son muy humectantes y nos pueden
venir muy bien para tratar la resequedad, y los talones agrietados.
Además,
en algunos casos son mucho más cómodos de aplicar y menos engorrosos que otros
tratamientos.
Podemos
utilizar el aceite que más nos guste, ya sea aceite de almendras, oliva o
aceite de coco. Los aplicaremos con un suave masaje hasta que el pie lo absorba
y podemos continuar con nuestro día sin mayores problemas.
Lo
positivo de los aceites es que podemos aplicarlos cuando sintamos incomodidad y
notar alivio al instante.
Con
este tratamiento, conseguiremos acabar con las grietas en nuestros pies si los
realizamos de forma periódica.
Además,
si tiendes a sufrir de talones agrietados, es mejor prevenirlo haciendo uso de
los aceites o dándoles a los pies un baño, de vez en cuando, con miel.
Las
personas que sufren obesidad, a las que se les ha diagnosticado diabetes o que
tienen alguna insuficiencia vascular pueden terminar sufriendo úlceras por
presión. Por este motivo, prestarles atención a los talones y cuidarlos evitará
problemas mayores.
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