Comparto
contigo mi Amor al Niño Dios
Quiero aprovechar esta
Navidad para felicitarte, brindarte mis más sinceras Bendiciones de todo corazón
con esta sencilla nota, para que te sea fácil recitarla:
¡Era ya noche en un
lejano pueblo, un bebé me sonrió! No fue una sonrisa hueca, ni fue un gesto
juguetón. Tampoco mostraba queja, aunque muy pobre un niño nació. Fue una
sonrisa perfecta que ¡estaba llena de Amor!
Pero al verlo tan
humilde, durmiendo dentro de un cajón, me llegué a sentir muy triste. Y una
gran pena me dio, aprovechando un descuido, lo tomé como un ladrón para
llevarlo conmigo y poder darle algo mejor.
La
madre del niño desesperada estas frases recito:
“¿Quién apagó las
estrellas llevándose su color?
¿Quién nos ha dejado a
oscuras robando a quien hizo el sol?
¿Quién prefiere andar
perdido y no tener Salvador?
¿Quién se ha llevado a mi
Niño?
¿Quién ha robado al
Señor?”
Viendo que allí lo
querían tanto como lo quería yo, aunque el miedo me vencía, tuve que hacer mi confesión:
“Yo me lo llevé un
ratito, lo guardé en mi corazón, para decirle bajito: Niño, te quiero un
montón.”
La
madre, con gran alivio, sonriendo respondió:
“Para hacer eso, cariño, no
hay que secuestrar a Dios; basta con que lo compartas con cuanta más gente,
mejor. Y que, donde tú vayas, hagas bien y des mucho amor.” Yo, con mucha pena
y sentimiento, aprendí bien la lección.
Y desde entonces recuerdo
que ese Niño, que era Dios, No solo me amó primero, sino que me hizo mejor.
De:
E.
Jose Leon Taborda
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