Las heridas y la diabetes
son enemigos incompatibles, especialmente si ocurren en los pies. El tener una
mala circulación en las piernas, las arterias más estrechas y la pérdida de
sensibilidad debido a una neuropatía (problema con las terminaciones nerviosas),
pueden retrasar la cicatrización, aumentar la posibilidad de infecciones y
hasta aumentar el riesgo de perder la pierna. Es importante que sepas cómo
tratar una herida o un rasguño, aunque te parezcan inofensivos, para evitar
posibles complicaciones.
Por lo general, un
pinchacito en un dedo del pie, una ampolla que sale por el roce de un zapato, o
una cortada al afeitarnos, no nos preocupa mucho. Arden un poco, molestan, pero
al poco tiempo ni nos acordamos. Si tienes diabetes no puedes darte ese lujo. Conviene
que aprendas a tratar esas heridas leves para que evites infecciones y que la
herida cicatrice lo antes posible.
Las heridas pueden
complicarse en los pacientes con diabetes
La diabetes, además de
cambiar la forma en que tu cuerpo produce, controla y utiliza la glucosa,
acarrea otra serie de complicaciones que pueden obstaculizar y retardar la
curación de las heridas, aunque sean leves. Entre estas se encuentran:
Daños en los nervios
(neuropatía): los nervios responsables de recibir las sensaciones en la piel
pueden estar dañados cuando la diabetes no ha estado controlada. Esto te pone
en riesgo de tener menos sensibilidad en los pies, y entonces puedes no te
darte cuenta de que tienes una ampolla, una úlcera o una herida hasta que se
ésta empeora o se infecta.
Un sistema inmunológico
debilitado por los niveles elevados de la glucosa (el azúcar) en la sangre, lo
que aumenta las posibilidades de que una herida se infecte.
Arterias más estrechas,
lo que dificulta una buena circulación, que es un factor fundamental a la hora
de promover la cicatrización y la curación de las heridas.
Trata la herida sin
perder un momento
No importa si es
pequeñita, casi un rasguño, si se trata de una herida, dale toda la importancia
del mundo. Tu salud está en juego. Esto es lo que tienes que hacer:
1. Sin perder tiempo, deja lo que estás
haciendo y trata la herida de inmediato. Mientras más tiempo esperes, más
tiempo tienen las bacterias de infectar la herida.
2. Límpiala bien: deja correr agua de la pila
sobre la herida para eliminar cualquier suciedad. No uses ni jabón, ni ningún
otro producto que pueda irritarla. Aplica una pomada con antibiótico para
prevenir infección y cúbrela con una gasa estéril. Cambia la gasa diariamente.
Después de que la herida haya cerrado, sí puedes usar jabón para limpiar el
área alrededor de la misma. Mantén la herida cubierta para evitar la
contaminación y la infección y mantén el área afectada bien humectada. Revisa
bien la herida diariamente para buscar cualquier síntoma de infección
(enrojecimiento de los bordes, inflamación, pus o dolor).
3. Si notas algunos de los síntomas
anteriores, llama al médico. Es preferible que sea él o ella quien determine la
seriedad del caso y te recomiende qué hacer. Si la herida se infectó y el
doctor te ha rectado antibióticos orales (tomados) o tópicos, aplícalos o
tómalos sin falta. Si la infección no responde al tratamiento en casa, será
necesario atenderla en un hospital.
4. Si la herida es en la planta de los pies,
evita poner presión sobre la misma. Esta es una zona del cuerpo en la que los
diabéticos a menudo tienen callos y úlceras. Si tienes una ulcerita o una
herida en la planta del pie, eleva la pierna lo más que puedas para que pueda
cicatrizar y sanar más rápidamente. Es
posible que necesites usar un bastón, una bota especial y hasta una silla de
ruedas para evitar que el pie no esté en contacto con el suelo.
5. Dependiendo de cómo responda la herida y
como vaya cicatrizando, quizá necesites visitar al médico regularmente para que
la limpie quirúrgicamente, y así elimine la piel y los tejidos muertos para
facilitar que sane. Es probable que el doctor envíe muestras al laboratorio
para determinar qué hongos o bacterias han causado la infección para poder
combatirlos mejor.
Las heridas en los pies
son las más peligrosas
Los pies y los tobillos
son áreas muy vulnerables en los pacientes de diabetes ya que tienen tendencia
a inflamarse lo que retrasa la curación de las heridas. Si la herida se
presenta en un brazo, por ejemplo, éste se puede inmovilizar, aunque la persona
pueda seguir trasladándose de un lugar a otro. Sin embargo, resulta mucho más
difícil lograr inmovilizar totalmente el pie o una pierna mientras se cura la
herida.
A los diabéticos se les
dificulta además evitar heridas en los pies ya que tienen más probabilidades
que otras personas de desarrollar callos, piel reseca y daños en las
terminaciones nerviosas. Todo eso
aumenta las probabilidades de úlceras (llagas abiertas) y de infección. Por si fuera poco, la diabetes también
contribuye a una visión mala, así que se les dificulta ver y sentir si tienen
una herida en el pie hasta que ésta empeora. Una herida que no sana, en el caso
de los diabéticos, puede significar no sólo dolor e inconveniencias, sino un
serio peligro de gangrena y hasta de amputaciones de un dedo, de varios o de
todo el pie.
No te descuides. Según
informes de la American Podiatric Medical Association, hasta un 15% de los
diabéticos desarrollan úlceras en los pies y por supuesto, no querrás ser parte
de las estadísticas. Ten en cuenta que, en Estados Unidos, la diabetes es la
causa más común de amputaciones en las extremidades inferiores que no hayan
sido originadas por traumas o accidentes.
Prevenir es la clave
Como ya te hemos
recomendado previamente en otros artículos de VidaySalud.com, la mejor manera
de evitar complicaciones con las heridas de los pies es evitarlas. Aquí ofrezco varios consejos para que puedas
cuidar tu piel y tus pies de forma adecuada:
1. Revisa tus pies diariamente: revisa
cuidadosamente si tienes ampollas, callos, áreas peladas o enrojecidas. Si no
puedes ver con claridad, pide ayuda a una tercera persona para que examine tus
pies diariamente.
2. Presta atención a la piel: revisa hasta
cambios que parezcan insignificantes, como enrojecimientos o áreas inflamadas
alrededor de las uñas. Si notas algún problema, consulta con tu doctor.
3. Mantén los pies bien humectados: utiliza
un humectante para mantener la piel de los pies bien suave, pero no uses
lociones entre los dedos para evitar una infección por hongos. Para tratar el
pie de atleta (una infección muy común), utiliza un medicamento en gel y no en
crema para que no queden residuos entre los dedos.
4. Usa calzado apropiado: si los zapatos te
quedan o muy estrechos o muy grandes pueden causar ampollas. Trata de que te ajusten lo mejor posible. Usa
zapatos cerrados para evitar heridas en los dedos, incluso en tu hogar. Revisa
los zapatos diariamente para eliminar cualquier piedrita o suciedad que pudiera
entrar accidentalmente y causarte roces y heridas en la planta del pie.
5. Cuidado con las medias: evita las que
tengan costuras molestas que te rocen y las que mantengan la humedad. Si te es
posible, adquiere las medias especiales para diabéticos.
6. Lava cuidadosamente tus pies a diario y
sécalos muy bien.
7. Si tienes algún callo, trata de rebajarlo
con una lima o piedra pómez. Nunca lo cortes ni con tijeras ni con navajas.
8. Recorta tus uñas y lima los bordes para
evitar las uñas encarnadas.
Gel plaquetario acelera
la curación de heridas.
Científicos de la
universidad de Cincinnati han visto que un gel de plaquetas creado a partir de
la sangre del paciente ayuda a que la cicatrización de heridas se realice más
rápido, al tiempo que previene las posibles infecciones.
El experimento se aplicó
a 8 individuos a los que se hicieron pequeñas incisiones en las piernas, a las
heridas de una pierna se les aplico el gel creado de sus muestras de sangre y
en la otra se les trato con antibiótico en pomada o vendajes utilizados comúnmente
para tratar heridas. Se realizo el seguimiento de estas heridas y se vio que
aquellas tratadas con el gel cicatrizaron más rápido que las que no; para el
día 17 en los que recibieron el gel las heridas habían cerrado en un 81%
mientras que los que fueron tratados por otros medios cerraron en un 57%.
La clave está en las
plaquetas, pues estas inician el proceso de regeneración, pero su tiempo de
vida es de apenas 10 días por lo que esta labor debe ser continuada por otras
células. Al aplicar el gel plaquetario se estimulan los mecanismos de
regeneración acelerando la cicatrización.
Debido a que el gel es
proveniente de la misma sangre del paciente, se evitan los riesgos de
reacciones alérgicas o transmisión de infecciones, además la cantidad de sangre
requerida para la producción del gel no afecta al paciente y no se han
presentado efectos secundarios adversos.
Aunque el estudio solo se
hizo en individuos sanos se espera hacer análisis en personas con problemas
crónicos para la cicatrización de heridas, tales como personas con Diabetes en
las que esta se presenta de forma lenta, para ver si este método sería
rentable.
Y, por último, pero no
menos importante, mantén tu diabetes bajo control. Eso incluye monitorear tu nivel de azúcar en
la sangre, tomar tus medicamentos, vigilar tu dieta y mantenerte físicamente
activo.
No te olvides de darle la
importancia que merece a cualquier herida en tus pies por pequeña que sea. De
esta forma, sanará rápidamente, sin causar infecciones ni complicaciones innecesarias.